Debilidad

Perdió hasta la última de sus sonrisas, perdió la razón, dejó de ser ella y pasó a ser de él.
Él era incapaz de ver sus sentimientos y jugó con ella como si nada le importase.
Se acercó pero para dañarle haciéndole caer en la tentación.
Empezó con hacerle probar sus besos, ella incapaz de parar, se sentía viva, era como una especie de droga que por un momento le hacía trasladar su mente a un lugar irreal.
Ardía en su interior, de los besos pasó a mordisquitos, llegando a rozar el cuello con sus labios, la marca de carmín hacía un recorrido por su varonil pecho.

Ella confundía el placer provocado por el amor que sentía, se dejaba usar, ese momento era una parada del reloj, no podría controlarse y se dejaba llevar aún más.
Pasaba de besarle el torso hasta bajar, cada vez más abajo, sentía escalofríos, llenaba su mente de un deseo desembocado.
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