Hay momentos en el tú mismo te hundes y lo que menos necesitas es que te hundan más. Se podría decir que era mi peor enemigo, yo misma me juzgaba, me castiga y quizás eso era lo que me llevaba a cometer más y más errores. Estaba en un momento, me da igual, no lo intento, no lucho, si quiere pasar algo que suceda, no lo busco. Ya que no tenía una base segura, llega decepciones de aquellos quienes me importa. Me aferré a un sentimiento escapando del dolor de otros, sabía que podía ir mal, pero busque una esperanza, porque era eso o acabar vacía. Hasta que ese sentimiento acabó tirado por las esquinas, ahora sí, no hay nada, la desgana lleva mi vida, no todo el tiempo, pero instantes que parece eternos, no encuentro salida, no puedo pensar más, solo me ocurre dejar fluir todas esas ideas que ronda mi mente, navegar en tranquilidad y alejarme de todo lo que me haga mal, porque ya no sé que hacer.
Queremos lo que envenena....
"Amamos lo que perdimos, queremos lo que envenena" Quizás todo se puede resumir en ese verso, todo se resumen en lo que no tenemos. No hay mayor adicción que el empeño por tenerte. Al mirarte no siento que te quiero, siento que te deseo, quiero morder tus labios, sin que me mires a los ojos. Terminé de inspirar el aire por culpa de tu olor, me tapé la boca esperando a la tuya, me cubrí mis oídos para escuchar tu melodía, decidí apartar mi mirada hasta encontrarme con tu sonrisa, escondí mis manos para evitar cualquier roce que me estremezca.
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