Laberintos arrastrados por dudas

A lo largo de la vida de todo estudiante llegan nuestras amigas las "dudas," si no es ya difícil, ellas lo mejoran todo. He dicho mejoran sí, pero me refiero con ironía. Bueno podéis pensar que soy muy precipitada, que mis amigas aparecen antes de hacer bachillerato, pero aparecieron y como soy quizás demasiado cortés las saludé.
Una de ellas me agarró de la manó y me lleva a un camino lleno de números, fórmulas, mis queridos laberintos en los cuales me podía perder por horas, me gustaba perderme. En ese camino, circulaban por el aire por qués, que les seguían por debajo como una bocanada de aire cálido que persigue al frío con dudas aclaradas, todo surge por alguna razón, estaba explicado lo inexplicable. Me gustaba formar parte de esa lógica de apariencia atractiva, me gustaba sentirme llena de respuestas a mi preguntas, me gustaba rodearme de ciencia.
Mi otra amiga, no sólo me agarró, me arrastró hacia otro laberinto, este más lioso, la salida no estaba clara, por cada paso que realizaba volcaba la vista al frente y me encontraba con las manifestaciones de sentimientos, emociones a mano de líneas y puntos de distintas tonalidades, de aspectos abstractos que me invitaban a buscarle mi propio sentido. Era divertido no seguir ninguna regla y las que había romperlas, un recorrido de cierto desorden que escondía un suborden real. No necesitaba buscar la salida, yo misma abría mi mente y la creaba. Este era el camino más creativo, el camino más yo, ahí no respiraba 02, respiraba arte.
Más tarde las dos me dejaron en el mismo lugar donde las encontré esperando la decisión de ver a quien acompañaría. Difícil situación, si me dejo llevar, mi primera amiga me ofrece prestigio y una estabilidad, pero mi segunda amiga me ofrece la oportunidad de ser feliz haciendo lo que realmente me gusta. Creo que la balanza está decantada,aunque no se ha dicho la última palabra,
ahora me toca elegir si escojo las respuestas o hago las preguntas.

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