Enjaulada
Como enjaulada me sentía, quería con ansias escapar, irme fuera a otro lugar, alzar mis brazos y tocar el cielo. Oprimida sin sentimientos, pero con una sola esperanza, aquella que me llevase a ser feliz, pero, ¿realmente existía la esperanza? Me acercaba a la puerta de la jaula, encontré el cerrojo pero no sabía dónde estaban las llaves para abrirla. Veía un resplandor brillante, ¿serían las llaves? Tan lejos las veía, tan cerca estaban. Con cada paso podía respirar cada vez más tranquila, pero en uno de los últimos pasos, resbalé y caí al suelo. Todo era enorme, yo era frágil, nada me motivaba para levantarme, ¿y si era mejor vivir en esa jaula? Quizás lo único que nos ocurre es que no sabemos aceptar las circunstancias, queremos superar los obstáculos pero no conocemos si realmente lo son. Me quedé aislada del resto en el suelo, empezaba a sentirme bien,