Desde que te vi, no dejé de sonreír

Hay personas en las que confiamos plenamente, tanto que podríamos caminar por un precipicio con los ojos tapados, tan solo guiándonos con su voz. Los sentimientos de confianza son intensos, crees más en esa persona que en ti mismo, no eres capaz de tomar una decisión sin antes escuchar sus palabras. Es la única capaz de destruir tu miedos, la que ta da fuerzas, la que te dibuja una sonrisa.  Llega el momento en el que ya no eres tú, ahora es ella, se adueñó de tus pensamientos, de tu personalidad, de ti. Te hace sentir tan bien, pero , ¿qué ocurre cuando esa persona te traiciona?

Soñé con andar sin pisar el suelo, quería ser perfecta y luché por ello. Lo intenté demasiadas veces que perdía la cuenta, estuve a punto de lograrlo pero jamás lo conseguí. Llegó el momento en el que me paré a pensar, ¿por qué no era capaz de alcanzar aquello que tanto deseaba? No es que fuese capaz o no, quizás el destino no querría que lo consiguiese, quizás no querría que fuese perfecta, porque a veces las imperfecciones no hacen  especiales y no seríamos quien somos sin ellas. Ahora pienso que me gustaría que me amasen por como soy, que me aplaudieran no por conseguirlo, si no por intentarlo, quiero que me acepten, quiero ser yo, simplemente yo.  Quiero romper con la locura, gritar y callar al silencio del miedo, quiero que se acaben los complejos.

Capítulo 2,  siento su voz. Parece que el día llegaba, ¿yo, viajar a Nueva York? Suena imposible,  pero es realidad, para que luego digan que eso solo ocurren en las películas. Quedan unas simples horas para que el avión salga. El aeropuerto  me parece demasiado grande, agobiante, hay gente por todos y de todos lados, parece la cantera de un equipo de fútbol. Personas  de diferentes razas, estilos y belleza, algunos parecen felices, otros tantos tristes, y por otro lado, detrás de toda esa gente,  estoy yo. Mirando al resto quizás no sea tan fea, por aquí se ve gente peor. Aunque parezca que no,  es algo que me sube la autoestima. -Emily, Emily- Noto que mi madre me chasquea los dedos delante de la cara. -Que....¿qué? -Venga que ya han anunciado que tu avión despega en menos de 10 minutos. Ains..en qué pensarías... "La compañía de Vuelos Iberia os informa que el  avión con destino  a Nueva York saldrá en 5 minutos" -¡¡¡¡Mamá!! ¡¡Qué lo pierdo!!! ¿Dónde está? -

¡¡¡¡¿¿PERO QUÉ HE HECHO??!!! ¡¡¿¿CÓMO ME ATREVÍ??!! Me siento rara, aún no entiendo como pude aceptar su propuesta, me siento muy alterada, en ocasiones miedo, otras una inmensa felicidad, tengo hiperactividad, puso mis emociones a sorteo. Cuando jamás pensaba que volvería a ocurrir algo entre nosotros, sucede. Llega con esa propuesta inocente, ¿besar mis labios? Yo nunca he besado y me aterra cuando lo encuentre enfrente, siento que mis mejillas arderán más que el fuego, tengo dudas, no quiero parecer una cría, pero no puedo evitarlo, lo soy. Imaginarme que es él, el chico de mis sueños, de quien llevo enamorada durante meses y meses, por él que he pasado de la risa al llanto o del llanto a la risa y quien me desvela de mis pensamientos. Tantas veces imaginé el momento, ese de tener tan cerca sus ojos, de sentir que está a mi lado, de acariciar su cara con mis manos, y de probar su boca. Le quería tanto, tanto que con él veía el mundo diferente, podía ponerle colores a la tristez

Esta noche como muchas veces más me vuelvo a preguntar que hubiese pasado si te hubiese dicho que sí cuando me lo propusiste, que hubiese pasado si me hubiese dejado llevar por el corazón. A pesar de quererte con todas mis fuerzas te rechacé, a pesar de esas ganas de estar contigo, me alejé. Creí lo correcto pero ahora que ha pasado el tiempo no lo se. Quizás ahora sería yo la que caminase de tu mano, a quien dedicaras tus buenos días y a quien tus labios besara. Quizás pero solo quizás, me hubieses seguido queriendo, puede que ya no, que me hayas olvidado, que en tu la tinta con la que grabaste mi nombre en tu corazón se haya secado pero se que me quisiste. ¿Luché por ti? Hasta que no pude más, tanto que me dolía. Pero no podía engañarme, no quería ilusionarme pensando que un día me ibas a volver a querer. No se si me arrepiento, porque te sigo queriendo y cada vez te echo más de menos, no soy la misma sin tu sonrisa, no soy la misma sin ti.

Era una historia dividida, había dos partes totalmente diferentes, el corazón estaba indeciso, había dos personas colapsándolo.  Para evitarlo,o necesitaba alzar dos vistas, hacia dentro y hacia fuera. Con la primera persona, la vista hacia fuera era prácticamente perfecta, cuando caminaban de la mano podían presenciar que la gente le sonreían, su belleza era tan intensa que escondía la vista hacia el interior. Llegando a la profundidad de su ser, demostraba que no servía de nada aquella belleza, aquella relación superficial. Se realizaba un intercambio de sonrisas pero no había intercambio de sentimientos. A la mínima se formaban discusiones, todo era enfados, mismas personalidades eran tan chocantes que nunca llegaron a colisionar, se juntaron pero no tocaron hondo. El tiempo pasaba, la superficialidad crecía y el amor disminuía pero aún así existía. Las dudas crecían, no había pensamientos claros, no tuvo más remedio que dejarse escapar. En medio de esa huida, se topó con un rec