El puzle
Desde aquel cálido mes de agosto fui colocando piezas de este puzle, me atraía mucho la idea de verle completo, pero cada vez que me acerco a conseguirlo, algo en mi se aleja, no cumple con mis expectativas y de cierto modo me decepciona. Me creó adicción, me encantaba, era algo especial, como nunca lo había vivido. Cierto es que jugué a muchos juegos, de mesa y otros tantos digitales, juegos que los rozaba con mis manos sintiéndolos y aquellos que los presenciaba tras una pantalla, mis dedos se deslizaba pero jamás llegué a tocarlos. Ahora este es extraño, me gustaba tanto al principio que tengo miedo de acabarlo, me desespero porque quiero volver al inicio y no puedo, ya todo es distinto, los secretos desconocidos son verdades generales que pierden todo su atractivo. Quisiera romper las piezas, aunque sin embargo tengo la esperanza de que cuando encuentre el lugar para cada pedazo, sea como una vez imaginé o que me sorprenda superando límites, pero esto es tan improbable, como cierto. Estoy atascada, tengo la oportunidad de descubrir un poco más lo que esconde este puzle, esto me hace dudar, ¿y si me lleva a una mayor decepción? Pero, ¿y si no?
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