¿Inocentada o inocente? Capítulo 17

Capítulo 17, Romeo y Julieta


Parece que el comentario ha pasado desapercibido, de la que me he librado. Ya va siendo hora de comer algo y para no destacar ni nada, me pido una hamburguesa, la verdad no tiene nada extraño, pero en el primer bocado, se me quedan todos mirando, ¿qué ha pasado?
Me doy cuenta como sus miradas y risas se dirigen a mi camiseta, me había puesto perdida de ketchup, ahora mi camiseta es original.

Uno a una va pagando, disimuladamente, Jonah y yo nos quedamos solos, aunque la verdad lo había hecho mis amigas a propósito.
Paseando los dos solos, bajo la única luz de la luna, las farolas parecía pequeñas estrellas que resaltaban en esa noche de aspecto mágico.  No era oscuridad, eran  colores procedentes del material del que están hechos los sueños, no eran latidos, eran manifestaciones del corazón.
 Parecía un desierto nocturno, solo habitado por nosotros dos, las palabras apenas fluían, mis sentimientos se abarcaban, me gustaba demasiado cuando sonría, cuando le miraba a los ojos,
 miradas inocentes llenas de sensaciones.


- Así que tú eres Julieta.
-Bueno, solo era una especie de broma.
-Sinceramente yo no me veo como Romeo.
-¿Por qué?
-Porque yo soy normal, un chico más entre la multitud, yo Jonah y simplemente yo.
-Pues que sepas que tú y simplemente tú me regalas sonrisas cada día del año.

Aquella luz de estrellas volvían a ser unas farolas más en la acera de la ciudad, ese intercambio de sensaciones llega a su fin, nos encontramos con el resto de chicos.
-Alba, ¿dónde has estado que tardabas tanto?
-¿Me preguntas? Si fuisteis vosotras las que nos dejasteis solos. ¡Cabronas!*
-Si si...pero mira como no quitas esa sonrisa.-Dice Miriam señalando mi rostro.
-Serás...
-Al grano, ¿ha pasado algo entre vosotros?
- Que va, nada solo hemos venido andando, hablando como buenos amigos, es muy simpático, pero no hay nada.
-No sé, yo para mí que le gustas- Me dice Mary guiñándome un ojo.
-No creo, miradme, soy yo y él puede tener a cualquiera.
- Te miramos y de arriba abajo, de dentro a fuera eres.. ¡PRECIOSA!-me grita Carol
-Jo, ¿sabéis que os quiero?- llega el momento de un abrazo de petonas.

Se escucha unos pitidos procedentes del coche de la madre de Miriam, eso significa que nos vamos.
Nos acercamos a cada uno y me detengo un tiempo con Jonah, dos besos y un hasta luego Julieta, me deja con una llave candidata a mis sueños encantados.


El día de la fiesta... 

Tan solo unas horas, para esa esperada fiesta, impaciente me voy arreglando ya. No quiero ir demasiado extravagante pero como dicen por ahí, "antes muerta que sencilla". Presumo de jersey nuevo, para no variar de color rosa, dibujo una ligera línea sobre mis ojos para intentar darle un toque de elegancia, sin que sea demasiado, a ver como digo yo "choni". En esa misma tarde, me entero que Javi, un chico al que le gustaba asistiría a la fiesta.
"Qué vergüenza, ¿se acordará de mí? Espero que no, fui demasiado borde con él, pero no entendía que mi corazón estaba ocupado."

-Chicas, ¿preparadas?
-Nosotras siempre, oye esta noche petonas...¡Es nuestra!

Hacemos un saludo al estilo película americana, en verdad no,solo quería darle una cierta emoción al relato, así que tan solo que  nos limitamos a entrar. Pues parece ser cierto, Javi está ahí. Paso disimuladamente por su lado, "bien, parece que no se ha dado cuenta"

-Alba, ven corre- me llama a voces Ester de la chupi pandy.
- Ya voy.
-Mira albita te presento, este es Javi, dale dos besos al chiquillo, ¿no?

Me aproximo a darle dos besos, esto es extraño porque parece que no es capaz de reconocerme, sinceramente mucho mejor.

-¡Quedada de petonas!
Como si se tratase de un chico guapo, todas se aproxima a mí.
-¿Le damos el regalo ya?
- Voy a por él, en dos minutos vuelvo, mientras llamad a Ester.

Como había dicho Paula, en menos de dos minutos estaba de regreso con el regalo.
-No te muevas, te vamos a colocar una venda, confía en nosotras.
-¿Qué pasa?
-Shh

Cintia le coloca la venda, le da la cajita sorpresa del regalo. Ester con cuidado va abriendo la caja, mientras quita el envoltorio con los ojos tapados, le leemos una pequeña carta, un trocito cada una.
Las palabras acaban, se quita la venda y dentro de la caja, lo ve, su regalo, una gorra hipster, en ese momento con los ojos brillantes y emocionados se aproxima para abrazarnos.

A veces pienso que hacer feliz a la gente resulta muy fácil, que con cosas pequeñitas sacamos grandes sonrisas. Como puede ser tan sencillo, os propongo algo, "agarrad de la mano a esa persona, llevadla por el camino hacia la felicidad, no dejen de hacer pequeñas cosas, no olviden las sorpresas, y lo más importante jamás olviden  que cada uno somos fabricantes de sonrisas, quizás no seamos magos pero podemos crear magia"


-Pues ya está todo, ¡qué empiece la fiesta!

Con las palabras de Ester, la música empieza a sonar, miro a ambos lados todo el mundo baila.
La música está demasiado fuerte que casi no escucho mis pensamientos, pero inesperadamente siento que la música ha perdido su volumen, por la puerta aparece alguien, un chico.




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