Hablamos de un desorden, un descontrol, un caos y un loco.

Respirar, y soltar todo; soltar todo y respirar. A veces es necesario desahogarse, decir lo que sentimientos sin pensar las consecuencias, vivir sin límites que nos condicionen. Creo que cuando realmente nos encontramos con nosotros mismos es cuando estamos perdidos, porque no buscas un prototipo, no buscas algo en especial, realmente no estás buscando nada  y es en ese momento cuando tu esencia te encuentra a ti, déjate descubrir. Esta bien vaciarse de pensamientos y llenarte de remordimiento, esto te lleva hasta los errores, te hace valorar el grado de cada situación. La conciencia manipula tu sentidos, aunque realmente cuando comunicas tus ideas ya sean "malas" o "buenas", debido a que en ese instante es lo que ronda tu mente, no te arrepientas si dijiste lo que pensaste, aunque en frío transmitimos aquello que jamás nos hubiésemos planteado hacerlo en una situación normal, ya sea por falta de valor o porque sólo  son supersticiones. Pienso que cuando nos falta el valor, las palabras no son nuestras, porque no es lo que vivimos, son falsas andadas para que de cierto modo podamos estar protegidos. ¿Pero de qué  sirve estar protegido por algo que no te permite ser quien eres? ¿Para qué nos escondemos bajo fachadas? ¿Cómo somos capaces de llegar a estos límites? ¿Y por qué no le ponemos un control? Aunque nos cueste asumirlo, o más bien creerlo, el verdadero orden esta bajo un desorden, el control lo origina un descontrol. Es ridículo, cómo un caos puede tener una estructura, o cómo los locos son en realidad los más cuerdos, en estos casos tanto un desorden, un descontrol, un caos o un loco no tienen límites que les condicione su propia libertad, causando que esto sea lo que marca que cada cosa sea "real" y única.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Mi corazón te espera

¿Inocentada o Inocente? Capítulo 18

El hombre que paseaba al perro.