La sonrisa es el motor de la vida

Una vez, un amigo me dijo que la sonrisa es el motor de la vida y que la felicidad la conseguimos cuando avanzamos. Pero, ¿por qué no lo creemos?
Mi amigo también me dio explicaciones, no siempre los motores arranca a la primera, como las sonrisas, no siempre aparecen por arte de magia. Otras veces, el motor se avería, ciertas circunstancias se imponen ante nuestra felicidad.
A pesar de cada una de los inconvenientes, me explicó que nosotros mismos somos los mecánicos de nuestro corazón, que decidimos si arreglar la avería o dejarla parada durante un tiempo. Cuando la aparcamos, quizás sea porque tememos a que no vuelva a funcionar como antes, a que todo esté perdido y que jamás se arregle completamente. Si no arriesgamos, si no experimentamos, no podemos llegar a sentir lo que es sonreír de verdad. Pero esa persona me dio seguridad, intento ser la mecánica que arregle mi propio corazón, mi propia sonrisa. Este tiempo ha sido difícil, algunas piezas se han perdido y no las he encontrado. Dudo si alguna vez podré reparar el motor completamente, pero ahora pienso que no hace falta que sea perfecto, mientras avance la felicidad estará ahí. Ahora arriesgo, busco las antiguas piezas o simplemente consigo otras nuevas. No vale cualquier escusa  para rendirse, mi motor se está reparando y mis sonrisas renacen en mi rostro.

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